Simbología y mitología de los signos del zodiaco: Acuario
El símbolo es representado por el Aguador. El símbolo original son dos ondulaciones de agua. Representa la trasmutación interior, la compasión y la entrega. Se ha relacionado siempre con la época de lluvias y con el agua que fertiliza la tierra acrecentando el cauce de los ríos y los lagos. El diluvio bíblico universal se asocia con su constelación, representada por el dios Raman, coronado con una diadema y vertiendo agua desde una especie de ánfora.
En Egipto se simbolizaba al río Nilo con el dios Hapi regando con dos jarros y fertilizando las tierras aledañas. En Babilonia el dios Ea también llamado dios del Arroyo, dominador y sublimador de las aguas, que evaporaba el océano y después lo hacía caer en forma de lluvia fecundante. El nombre babilónico de Acuario era, GU. LA, se le asoció en un primer momento con la diosa de los partos y curaciones.
Para los judíos era la fecha de Rubén, que en la profecía de Jacob se precipita como agua. Los greco-romanos lo reconocieron como Ganímedes, que fue raptado por Júpiter con el fin de que escanciara las copas de los dioses. El mito acuariano se corresponde con el undécimo trabajo de Hércules en el que debía ayudar al rey Augias a limpiar el estiércol acumulado por años en sus establos.
Este signo de aire, tiene paradójicamente un carácter meteorológico, debido a que siempre se ha relacionado con la época de las lluvias y con el agua que fertiliza la tierra y acrecienta el cauce de los rios y los lagos. Tanto es así, que hasta el bíblico diluvio universal se asocia con su constelación representada por el dios Raman, coronado con una diadema y vertiendo agua desde una especie de ánfora. En el panteón mesopotámico se identificaba con Ea, el dominador y sublimador de las aguas, que evapora la del océano y después la hace caer en forma de lluvia fecundante, raptado por Júpiter con el fin de que escanciara las copas de los dioses.
El mito acuariano está representado por el undécimo trabajo de Hércules. En este trabajo Hércules debe ayudar, ya no desde la lucha, sino desde la caridad, por lo que debe ayudar al rey Augias a limpiar el estiercol acumulado por años en sus establos. Cuando Hércules dice que nada cobrará por su trabajo, el rey desconfía por lo que le propone un trato, si Hércules limpia todo en un día, el diez por ciento de su reino será de él, sino su cabeza y sus posesiones pasarían al rey. Despues de mucho pensar, Hércules observó que dos ríos, el Alfeo y el Peneo, pasaban muy cerca de allí, se puso a trabajar y desvió ambos ríos, que ingresaron en los establos y los limpiaron. El reino fué purificado, pero el rey lo desterró a Hércules aduciendo que el trabajo lo hicieron los ríos y no él. El trabajo acuariano pasa por el servicio desinteresado, ya que Hércules purifica al mundo sin obtener nada a cambio.